La practica de yoga, mejor dicho, la práctica de asanas, no necesita ser complicada.
No hace falta un tapete, ni ser muy flexible, ni empezar a los 14 años, darle movimiento a tu cuerpo y ser consciente de tu respiración es el inicio de la práctica y puede realizarse en cualquier lugar en cualquier momento.
La finalidad es encontrar nuevamente la unidad, experimentar la perfecta y armónica sinfonía de tu mente y tu alma, en los confines de tu cuerpo.
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Apasionada por aplicar las enseñanzas del yoga a la vida me he dedicado los últimos diez años a explorar esta práctica en sus diferentes ramas. En un principio me obsesioné; todo era yoga, leía, escuchaba mantras, meditaba cada vez que podía, iba a clase por lo menos una vez al día, a veces dos, pasé por retiros de meditación, asistí a todos los talleres y retiros que se iban cruzando en mi camino.
Con el tiempo me di cuenta que practicar Yoga me había permitido enfrentar situaciones que me daban miedo y encontrar la fuerza dentro de mí para realizar cambios importantes en mi vida. Ahora siento que el entendimiento apenas empieza, que los primeros años me sirvieron para bajar el ritmo y emprender el viaje hacia el autoconocimiento, del cual, aún falta mucho por ver.
En mis clases trato de compartir todo aquello que me ha servido, también soy una bloggera aficionada y escribo sobre salud, nutrición, bienestar y temas de la vida cotidiana.
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